Al entrar en casa siempre sigo la misma rutina:
- cierro la puerta
- coloco las llaves en la cerradura
- cierro con doble vuelta
Al salir, otra rutina:
- saco las llaves
- abro la puerta
- cierro la puerta
- cierro con doble vuelta
Estos días ha venido mi madre a casa, para que esté distraída y no se quede todo el día en casa (mi tío está enfermo y mi madre sufre mucho por él), ayer por la tarde decidimos ir a visitar un yacimiento arqueológico íbero llamado “l’esquerda”.
Pero la tarde se truncó ya que al salir de casa, una por la otra, nos saltamos la rutina de las llaves y cerramos por fuera dejando mis llaves en la cerradura.
Una vez llegadas a este punto ya poco se puede hacer: llamar a un cerrajero para que abra la puerta.
Bien, pues eso hicimos. Vino el chico y resultó que la cerradura era de última generación y no pudo abrirla. No sólo no la abrió, si no que rompió el dichoso bombín, la protección y casi casi revienta la puerta de madera.
Tuvo la decencia de no cobrarme nada, aunque yo le ofrecí pagarle el desplazamiento.
Pues nada, llamamos a otro cerrajero. Tráete de todo le dije, que el primero no ha podido abrirla.
Por suerte, en 20 minutos vino el segundo cerrajero (el primero tardó cerca de 1 hora). Ante mi cara de pasmada, el chico cogió una radiografía y en un plis plas la puerta estaba abierta.
100 € + IVA por la urgencia
Como tenía el bombín roto, hubo que cambiarlo:
50 € + IVA por el bombín nuevo
40 € + IVA por el trabajo de cambiar el bombín
Total, congeladas de frío y arruinadas, entrábamos de nuevo en casa a las 23h de la noche.
Espero que nunca más vuelva a ocurrirme lo mismo…
- cierro la puerta
- coloco las llaves en la cerradura
- cierro con doble vuelta
Al salir, otra rutina:
- saco las llaves
- abro la puerta
- cierro la puerta
- cierro con doble vuelta
Estos días ha venido mi madre a casa, para que esté distraída y no se quede todo el día en casa (mi tío está enfermo y mi madre sufre mucho por él), ayer por la tarde decidimos ir a visitar un yacimiento arqueológico íbero llamado “l’esquerda”.
Pero la tarde se truncó ya que al salir de casa, una por la otra, nos saltamos la rutina de las llaves y cerramos por fuera dejando mis llaves en la cerradura.
Una vez llegadas a este punto ya poco se puede hacer: llamar a un cerrajero para que abra la puerta.
Bien, pues eso hicimos. Vino el chico y resultó que la cerradura era de última generación y no pudo abrirla. No sólo no la abrió, si no que rompió el dichoso bombín, la protección y casi casi revienta la puerta de madera.

Pues nada, llamamos a otro cerrajero. Tráete de todo le dije, que el primero no ha podido abrirla.
Por suerte, en 20 minutos vino el segundo cerrajero (el primero tardó cerca de 1 hora). Ante mi cara de pasmada, el chico cogió una radiografía y en un plis plas la puerta estaba abierta.
100 € + IVA por la urgencia
Como tenía el bombín roto, hubo que cambiarlo:
50 € + IVA por el bombín nuevo
40 € + IVA por el trabajo de cambiar el bombín
Total, congeladas de frío y arruinadas, entrábamos de nuevo en casa a las 23h de la noche.
Espero que nunca más vuelva a ocurrirme lo mismo…
1 comentari:
...Espero que no vuelva a ocurrirte lo mismo, o siempre puedes llevar una radiografia encima...jejeje...
Besos
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