Hoy al enterarme de la
muerte del maestro de la guitarra me he acordado de un viejo amigo.
Ramón, un gallego guitarrista también, pero no de flamenco sino de
clásica.
Oh, que gustazo! Él
tocaba su guitarra y, durante un tiempo, me dedicaba sus conciertos y
me regalaba los ramos de flores que dan a los intérpretes cuando
acaban su concierto. Era todo tan emocionante que aun me tiembla la
barriga al recordarlo. Nos escribíamos historias inventadas, eran
inventadas pero los personajes eramos nosotros. Fue muy bonito,
precioso. Pero como todas las flores al final se marchitó. De forma
natural nos distanciamos y cada uno siguió su vida.
Hasta hoy. Le he enviado
un correo, ni idea de si lo recibirá. Ni idea de si contestará.
4 comentaris:
independientemente de que le haya llegado, de que lo reciba o no, una parte quizás imperceptible de él, acogera a tu latido, tus palabras.. aunque quizás él no lo sepa, aunque quizás tú no lo sepas..
O quizás sea un nuevo comienzo...
Como cada amanecer, todo está por decidir....
Seguro que lo habrá recibido. Los pensamientos y las emociones no conocen fronteras.
Un beso.
Un saludo linda.
Ayer y hoy pensé en ti.
Publica un comentari a l'entrada